Otro madrugón infame, pero de esos que se hacen con gusto. Es el 22 de mayo, se celebra Santa Quiteria, otro de los días grandes de las fiestas de mayo en Cetina. Desde las 8 de la mañana el pueblo tiene el trasiego de los últimos preparativos: terminar de adornar los carros con los que se subirá a la ermita (a unos 4 kilómetros del pueblo), las últimas compras…
Una vez que todo está dispuesto, las 16 varas de Santa Quiteria y el resto de grupos de familiares y amigos subirán pronto para coger el mejor sitio (sólo lo tienen reservado la primera vara de la fiesta) alrededor de la ermita y pasar el día en el campo.
Una vez allí, es el momento de colocar, mesas, sillas y tenderetes y una vez dispuestos, disfrutar de un almuerzo tradicional de ese día, reconstituyente tras 4 días de fiesta: huevos fritos con jamón. Los que hacen los de mi peña tienen fama legendaria, bien ganada, desde luego. En Cetina al desayuno se le denomina «almuerzo».
A las 12 es hora de ir a misa. La tradición marca que hay que rezarle a Santa Quiteria para que te salga un buen novio. Yo tengo la costumbre de pedirle siempre salud y de saltarme la misa para preparme para lo que viene después… Ahí lo dejo.
Mis preparativos consisten en ponerme ropa vieja, que no me importe mancharme o tirar una vez finalizado el día, y un bikini debajo. Cuando termina la misa, las 16 varas que hacen la fiesta, reparten vino para la comida y chocolate y bollos para el segundo almuerzo del día, esta vez dulce. Una de las tradiciones más famosa de ese día (y que a mí particularmente me encanta) es no comerse el chocolate… sino aprovecharlo para embadurnar a propios y extraños con él.
Una vez que ya estamos cubiertos completamente de chocolate, aunque dicen que es bueno para la piel, no es la mejor manera de pasar el día completo en el campo. Así que, hay que ir a lavarse al pilón, con un grifo de aguas manantiales, bastante frescas. Cualquiera que merodee por los alredores, y especialmente aquellos que van a la fiesta por primera vez, no se librarán de una «invitación» a darse un chapuzón (vídeo).
Después, toca vermouth, comida con familia o amigos, y sobremesa, que transcurre con visitas de grupo en grupo, jotas y cánticos populares, y bailes en la puerta de la ermita amenizados con una charanga o un duelo de djs amateurs.
Al caer la tarde, es hora de recoger, pasar por la ducha sin falta y ver los fuegos artificiales de las 10 de la noche que ponen el punto final, un año más, a las fiestas de mayo en Cetina en Honor de San Juan Lorenzo y Santa Quiteria.
Otras fiestas
Cetina cuenta en su calendario, además de las de mayo, con otras dos celebraciones importantes: San Antón (17 de enero) y las fiestas en Honor de la Virgen de Atocha (19 de octubre).
Las fiestas de San Antón realmente empiezan el día de Reyes, con la recolecta popular que se hace por las casas del pueblo para recaudar lo necesario para comprar cañamones, vino y hacer las tortas de anís que luego repartirán las varas en la hoguera el día 16 de enero por la tarde.
En total, en esta festividad participan 6 varas y el «piostre«, el cofrade más antiguo, con la responsabilidad de organizar la fiesta cada año.
Al lado de la ermita de la Virgen de Atocha, el 16 de enero al atardecer se enciende una enorme hoguera, cuyas ascuas son aprovechadas para cocinar la merienda que cada grupo familiar o de amigos del pueblo prepara.
Al día siguiente, hay misa y bendición de animales, a los que se añade el ritual de dar tres vueltas a la ermita de la Virgen de Atocha (donde se encuentra el retablo de San Antón) con las caballerizas para pedirle al santo su protección y «que no les de torzón». También hay una comida popular organizada por las varas.
Las fiestas en honor de la Virgen de Atocha comienzan el 18 de octubre a las 20.00hs. con la procesión, seguida del melocotón con vino ofrecido por el ayuntamiento a todos los cetineros.
El 19 de octubre, el día grande de las fiestas, a las 11.30h. de la mañana, tiene lugar una misa concelebrada en la Iglesia de San Juan Bautista. A los pies de la talla de la Virgen de Atocha los fieles, vestidos de baturros, depositan ofrendas de productos de alimentación que los voluntarios de Cáritas en el pueblo repartirán después entre los que lo necesiten.
Patrimonio artístico-cultural
Cetina es una localidad de 615 habitantes situada al oeste de la provincia de Zaragoza, a 130 kilómetros de la capital aragonesa y a 200 kilómetros de Madrid. Cuenta entre su patrimonio artístico-cultural con varias joyas únicas que os muestro a continuación.
Castillo Palacio de Cetina
Construido en el siglo XIII, es el monumento más conocido de la localidad y uno de los iconos del pueblo (si un cetinero te dice «El Palacio» todo el mundo ya sabe a qué se refiere). De su exterior destaca su torre Este o «volantín«, y del interior, la capilla de estilo mudéjar en la que en 1634 tuvo lugar el matrimonio del escritor Francisco de Quevedo con Doña Esperanza de Mendoza, nacida en Cetina. De titularidad privada, no se permiten visitas al interior.
Iglesia de San Juan Bautista
Al igual que el palacio, la Iglesia de San Juan Bautista resalta en lo alto del perfil de Cetina según se entra al pueblo por la carretera principal. Su edificación barroca, construida entre 1697 y 1708, es austera en el exterior y rica en decoración interior. Las pinturas del artista turolense Francisco del Plano están dedicadas a San Juan Bautista, mientras que el retablo principal muestra el bautizo de Jesús en el río Jordán.
Ermita de San Juan Lorenzo
La ermita de San Juan Lorenzo se ubica en la actualidad en la que fuera la casa natal del santo. Erigida a finales del siglo XVIII, es de estilo barroco y en su decoración destaca el retablo principal dedicado a San Juan Lorenzo, restaurando en 2019 (Ana, eres una artista, ha quedado estupendo).
Ermita de la Virgen de Atocha
Cuenta la leyenda que unos arrieros madrileños pasaban por Cetina cuando les sorprendió una gran tormenta. Asustados porque una barrancada amenazaba con ahogarles a ellos y a sus cabellerías, se encomendaron a la patrona de su ciudad, la Virgen de Atocha. Y se salvaron, con lo cual prometieron construir una ermita en su honor en ese lugar.
Con este encargo, se empezó a construir la ermita en el siglo XVI, que ha sido ampliada sucesivamente en los siglos XVIII y XIX. En su interior, además de poderse venerar la imagen de la Virgen de Atocha, se conservan varias tablas de retablos de esos siglos.
Antes de terminar este post, quiero dedicar un agradecimiento especial al Sr. Marqués, que me ha hecho unas fotos estupendas del pueblo y de la celebración de San Antón para estos posts (y darle las gracias a Ana también por la foto cedida de la Virgen de Atocha). El resto de imágenes, como habréis podido comprobar por su peor calidad, son mías.
Cetina es mi pueblo y el del Sr. Marqués 22 de mayo de 2020
Cetina (parte I): https://www.3xelmundo.com/cetina-parte-i-viva-san-juan-lorenzo/
Cetina en 3 pasos: https://www.3xelmundo.com/cetina-3p-parte-i/