Moscú 3P (parte II)

Grandes contrastes

Llamadme pija: he paseado por la Rue Saint Honoré de París y por la quinta avenida en Nueva York. Dejad de llamádmelo: no he pisado ni una de las tiendas de lujo que hay en estos lugares. Tampoco pisé las del Moscú, el presupuesto no me daba para eso ni mucho menos. Me parecieron incluso aún más abundantes y lujosas que en las dos ciudades anteriormente mencionadas.

Por cierto, un detalle curioso en una de ellas: el busto de Lenin comparte pared con el escaparate de Valentino. Otro de los múltiples contrastes que ofrece esta ciudad allí donde se mire.

Por supuesto, el lujo no sólo se ve en sus tiendas, observar el tráfico de Moscú es como ver un «desfile» de coches de alta gama (alguno de cuyos modelos yo nunca había visto en la calle). También abundan las limusinas, cuanto más grandes y vistosas, mejor.

Al igual que muchos moscovitas, con los que compartíamos vagones atestados del metro a diario y que nada tenían que ver en su aspecto con quien se bajaba de las limusinas o salía con bolsas de estas tiendas, nosotras fuimos meras espectadoras de este tipo de vida.

Además, nuestros recursos económicos se vieron reducidos por tener que pagar el hotel en efectivo al llegar (no funcionaba el terminal de tarjetas). Sacar dinero suponía pagar unas altas comisiones bancarias, así que con que nos llegara para las entradas de lo que queríamos ver y comer en establecimientos de comida rápida rusa tipo Mu Mu, nos era suficiente.

Presencia militarista

Es común ver soldados con su uniforme en el metro (los vimos pertenecientes a todos y cada uno de los cuerpos del ejército). La presencia de elementos que homenajean las glorias militares rusas está muy presente en distintos rincones de la ciudad. Y sus habitantes muestran un gran respeto hacia ellos.

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De las fotografías de arriba, nos encontramos los dos primeros homenajes callejeando por casualidad. El último fue buscado, un paseo por el Parque de la Victoria, donde se pueden aprender todo sobre la Gran Guerra Patria y el triunfo del ejército ruso sobre las tropas fascistas. Todo ello, a partir de las estatuas que se encuentran en sus jardines, el museo de la segunda guerra mundial y monumentos tales como su gigantesco obelisco de casi 150 metros o pequeñas placas como la dedicada a los soldados españoles que participaron en esta contienda.

Pasado y presente, juntos

Juntos… y revueltos, realmente. Se han cumplido ya 25 años de la disolución de la Unión Soviética, pero la ciudad dedica un espacio destacado dentro del Centro Panruso de Exposiciones a sus antiguas repúblicas. Uno de los más conocidos es la fuente llamada Amistad de los Pueblos, formada por 16 estatuas de mujer (una por cada república), de 4 metros de altura y cuyo exterior dorado se debe a que están recubiertas por 6 kilos de pan de oro cada una.

Otro de los puntos claves de la ciudad donde conviven el pasado y el presente de la ciudad es el edificio Lubianka. Es una vistosa construcción de estilo renacentista que, en su momento, fue sede de los servicios secretos soviéticos (el KGB que surgió de La Checa) y cuyos sótanos servían de calabozos.

Pero de todos los lugares de la ciudad en donde conviven dos espacios temporales, hay un punto que cuenta con un tiro de cámara especial. En la siguiente foto se ven conjuntamente dos de los símbolos de regímenes económicos opuestos: Por un lado, un McDonnalds, y por otro, el Monumento al Obrero y a la Campesina. Se trata de una estatua con dos personajes que empuñan una hoz y un martillo, y que fue llevada al pabellón de la URSS en la Exposición Internacional de París en 1937. Hoy en día, ha recuperado su ubicación original, y a su lado tiene un establecimiento de comida rápida estadounidense.

Posts sobre Moscú: https://www.3xelmundo.com/moscu-un-gigantesco-bocado-de-historia-parte-i/

https://www.3xelmundo.com/moscu-un-gigantesco-bocado-de-historia-parte-ii/

Moscú en 3 pasos (parte I): https://www.3xelmundo.com/moscu-3p/

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